Multi-Gyn para profesionales: Antecedentes médicos

La cantidad de microorganismos que habitan nuestro cuerpo sobrepasan considerablemente en número la cantidad de nuestras 'propias' células humanas. Nuevos criterios muestran que nuestras comunidades microbianas son muy personales, como una huella dactilar. No podemos vivir sin ellas ya que ellas cuidan algunas importantes funciones de nuestro sistema digestivo y para la acidificación de la piel y la vagina. Lo ideal sería vivir en armonía con nuestra microflora. El equilibrio en este ecosistema mantiene las bacterias nocivas bajo control.

En la vagina, las bacterias útiles son el ácido láctico que produce lactobacilos que mantienen a raya la mayoría de las bacterias no deseadas y otros microorganismos como la bacteria levaduriforme. La alteración del equilibrio microbiano vaginal frecuentemente se nota en un cambio en la secreción y los síntomas como la comezón, mal olor o ardor. Más conocida es la condición de sobrecrecimiento de bacterias anaeróbicas llamada vaginosis bacteriana (VB), la cual viene acompañada del olor a pescado que es causado por las aminas que son producidas por esta bacteria (Pinkster, 1998). Algunos factores externos para esta alteración son la higiene y el coito. Después del coito el pH de la vagina aumenta significativamente de ácido a ligeramente alcalino (Tevi-Benissan, 1997). En este ambiente alcalino la flora VB - la cual se desarrolla con un pH elevado- puede aumentar de forma explosiva con un máximo de crecimiento en unas 36 horas después del impacto alcalino del semen.

La composición de la flora vaginal es altamente dinámica y reacciona de modo diferente a las fluctuaciones hormonales, y factores externos como la actividad sexual y la higiene vaginal. En el caso de la Disbiosis, los lactobacilos buenos son superados en número por los microbios nocivos como la flora bacteriana vaginal o celúlas de levadura. Esta disbiosis suele estar acompañada de molestias vaginales tales como comezón, mal olor, secreción anormal y dolor. Para los problemas de la vaginosis bacteriana y la cándida vaginal el tratamiento médico estandar es la prescripción de medicamentos antimicrobianos. Sin embargo, los antibióticos y los antimicóticos pueden afectar severamente la composición de la flora y también alterar los microorganismos buenos. Además, estas estrategias generalmente son efectivas solamente al corto plazo ya que, tanto para el tratamiento de VB con Metronidazol como el antimicótico de la candidiasis (ej. Clotrimazole) muy frecuentemente se reportan infecciones recurrentes. En los últimos años han surgido nuevas propuestas que corrigen la disbiosis vaginal. Estas estrategias comprenden el uso de geles ácidos, estimulacion prebiotica de los lactobacilos vaginales y estrategias antiadherentes naturales que previenen que los microorganismos nocivos colonicen nuestras superficies corporales. Las estrategias antiadherentes basadas en productos naturales son la base innovadora y patentada de la línea de productos Multi-Gyn y son combinadas con otros componentes funcionales como ingredientes ácidos y prebióticos para prevenir las infecciones vaginales y las molestias relacionadas.

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