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La flora vaginal

Parece difícil de creer, pero nuevas técnicas de mapeo genético revelan que de 100 trillones de células presentes en el cuerpo humano, solamente 1/10 de ellas son en realidad humanas. El otro 90% pertenecen a microorganismos-bacterias, virus y otros microbios. Con razón es tan importante para nuestra salud integral que el delicado equilibrio de microbios que viven en nuestros cuerpos se mantenga-y lo mismo pasa con nuestras vaginas.

Casi todas las mujeres sufrirán de vaginosis bacteriana, una candidiasis o una infección urinaria por lo menos una vez en la vida. La causa principal de la alta ocurrencia de problemas vaginales es un desequilibrio en la flora vaginal. En otras palabras, el equilibrio se altera ya sea por bacterias benignas que se reducen en número o debido al sobrecrecimiento de bacterias “perjudiciales” o células de hongos. La reducción de bacterias beneficiosas y el sobrecrecimiento de microbios perjudiciales generalmente están correlacionados. Cuando esto pasa, el cuerpo puede ya sea tratar de combatir la infección y regresar por sí mismo a un estado de equilibrio sano, o necesitar ayuda externa en forma de medicamentos, productos que contengan prebióticos o un cambio en el estilo de vida.

¿Qué se considera una flora vaginal sana?

Una vagina sana está fuertemente poblada con bacterias lactobacilos “beneficiosas”. Estas bacterias son consideradas un tipo de guardianes para la vagina-ellas pueden impedir el crecimiento de bacterias/hongos potencialmente perjudiciales produciendo ácido láctico y peróxido de hidrogeno, y prevenir que las bacterias perjudiciales se adhieran a la pared vaginal. El ácido láctico ayuda a mantener el ambiente ácido de la vagina, mientras que el peróxido de hidrogeno ayuda a matar las bacterias perjudiciales.

Hay muchos factores que pueden alterar el delicado equilibrio que existe dentro de la vagina-algunos de ellos incluyen daño a los tejidos causado por dar a luz; problemas de salud, estrés, ciertos medicamentos, ropa ajustada o ropa interior sintética; higiene inapropiada; irritantes presentes en lociones, jabones líquidos y otros productos cosméticos; fricción causada por la penetración si la mujer no está suficientemente excitada durante las relaciones sexuales; cambios hormonales, etc.

Equilibrio alterado

Si la flora vaginal está comprometida, el papel protector de los lactobacilos (las bacterias beneficiosas) se reduce. Debido al reducido número de lactobacilos, se produce menos ácido láctico y el bajo pH vaginal protector se afecta. Como resultado, las bacterias perjudiciales aprovechan la oportunidad para sobrecrecer, dando lugar a infecciones bacterianas.

Durante el embarazo, la cantidad y diversidad de los lactobacilos vaginales generalmente se reduce, poniendo a las mujeres embarazadas en un riesgo más alto de infección. Los síntomas asociados con el desequilibrio en la flora vaginal incluyen secreción, mal olor, comezón, enrojecimiento, irritación, inflamación, dolor durante la micción o el acto sexual, ardor, sensibilidad y escozor.

Una flora vaginal balanceada ayuda a prevenir infecciones bacterianas y candidiasis y es crucial para la buena salud vaginal. Para reducir el riesgo de un desequilibrio en la flora vaginal, implemente buenos hábitos de higiene y siga las recomendaciones generales de cómo cuidar su zona íntima. También podría usar un producto que contenga ingredientes que favorezcan el crecimiento de las bacterias beneficiosas para prevenir posibles infecciones y promuevan la recuperación si los síntomas ya han evolucionado.

«Si la flora vaginal está comprometida, el papel protector de los lactobacilos (las bacterias beneficiosas) se reduce. Debido al reducido número de lactobacilos, se produce menos ácido láctico y el bajo pH vaginal protector se afecta»