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Higiene íntima – menos es más

Usted puede haber escuchado que una mala higiene íntima puede causar más daño que nada de higiene. Puede sonar exagerado, pero es totalmente cierto. Los malos hábitos de higiene pueden ser perjudiciales para su salud vaginal, por eso asegúrese de entender y seguir algunos de los principios básicos que determinan una higiene íntima adecuada.

No es un hecho poco común que las mujeres hagan daño a su salud íntima simplemente al pensar que la higiene íntima adecuada se basa en la regla “entre más, mejor”. Vea el por qué menos es más cuando se trata de cuidar sus partes íntimas.

Mecanismos protectores de nuestro cuerpo

El cuerpo humano está diseñado para estar en equilibrio. Todo nuestro cuerpo está conectado, creando un mecanismo muy complejo basado en principios precisos y delicados de mantener el equilibrio para trabajar eficientemente y mantenerse sano. Este es el por qué la vagina alberga millones de bacterias, que viven pacíficamente en perfecto equilibrio, sin causar problema.

Es así, hasta que se compromete la tasa de bacterias beneficiosas y perjudiciales. Una vez que las bacterias beneficiosas se reducen en cantidad, las bacterias perjudiciales se hacen cargo y empiezan a crecer abundantemente. El sobrecrecimiento de las bacterias perjudiciales se traduce en infecciones como la vaginosis bacteriana que se manifiesta con síntomas incómodos, por ejemplo la secreción, el olor a pescado, ardor, comezón e irritación. Para detener la infección, necesitaríamos reversar el proceso – reducir el número de bacterias perjudiciales y estimular el crecimiento de las beneficiosas.

«Es importante tener presente que la piel que cubre la zona íntima es delgada y muy delicada. Cualquier tipo de tratamiento áspero, como lavado excesivo, frotamiento, fricción o detergentes fuertes pueden causar irritación e infección. «

Cuando se trata de la función protectora de la piel, es importante entender la estructura de la piel y cómo esta puede ser dañada. La superficie de nuestra piel está cubierta con una barrera protectora. Esta barrera es el principal controlador que protege el interior de nuestro cuerpo de la irritación y la infección.

La barrera protectora puede dañarse fácilmente al usar detergentes fuertes y jabón común. Estos productos rompen la capa superficial, dejando la piel desprotegida y abierta. Es por eso que usar un producto de lavado inadecuado, o lavarse con mucha frecuencia, puede dañar la capa protectora y exponerle a riesgos de infección.

Mecanismos protectores de nuestro cuerpo

Es importante tener presente que la piel que cubre la zona íntima es delgada y muy delicada. Cualquier tipo de tratamiento áspero, como lavado excesivo, frotamiento, fricción o detergentes fuertes pueden causar irritación e infección. Lávese una vez al día usando agua o un enjuague íntimo suave que no contenga perfume u otras sustancias potencialmente irritantes.

Seque la zona íntima completamente usando una toallas suave limpia – pásela suavemente, no la frote. Si siente que necesita limpiarse con más frecuencia (especialmente durante el sangrado menstrual, después de hacer ejercicio o cuando suda en exceso), puede usar toallitas íntimas sin aroma o simplemente lavarse usando solo agua.